2 de enero de 2017

La revolución en casa de los Gallaghers




Shameless ha llegado al final de una séptima temporada convulsa y muy complicada en cuanto a renegociaciones de los contratos por parte de los actores, despedidas definitivas de personajes y una huida hacia adelante en las tramas que, a mí personalmente, me sigue fascinando. Al fin y al cabo, son Gallaghers.

Spoilers sobre la séptima temporada.


Como viene siendo habitual cuando hablo de la serie haré un rápido repaso de la trama de cada personaje.

Frank: Con una trama dividida claramente en dos partes. En la primera, se da cuenta de que su familia ya no lo necesita, y para ello crea una nueva, divertidísima y grotesca versión de los Gallaghers para poder seguir manejando a su antojo. Esa es el modus operandi de patriarca, manipular a los de su alrededor para poder sacar un beneficio. Como era de esperar, esto acaba mal, pero Frank se reencuentra con Monica, la madre de sus hijos y el amor de su vida.

Todo parece que va a ir bien, pero la muerte de esta hace que Frank se derrumbe como nunca lo habíamos visto. Con Monica se escapa su juventud, sus recuerdos. Y él es el más afectado por esto, el único que se lo toma enserio porque entiende que deja de encajar en el mundo.

Fiona: Es una todoterreno, y los guionistas lo saben. Llevaba varias temporadas con conflictos amorosos que salían mal y que quizá nos estaban agotando como espectadores, y este año han decidido cortar por lo sano las relaciones amorosas de la protagonista y mostrar su lado más ambicioso. Ha dedicado su vida, por primera vez a su trabajo y los negocios. Deja de comportarse como la madre que siempre había sido y cede su testigo a Lip, contrariada porque todos piensan que será incapaz de llegar a nada. Y vaya si lo consigue, termina la temporada vendiendo la lavandería y comprando un edificio que la convierte en arrendataria y propietaria, con los problemas que eso conlleva.

Lip: Continúa con esa lucha contra sus genes. El alcoholismo le hace hacer cosas de las que se arrepiente y no le permite ni vivir una vida normal ni conseguir relaciones estables. El mazazo de su rechazo para poder volver a la universidad y las escenas donde lo vemos destrozado por el alcohol son tremendas. Una auténtica bajada a los infiernos.

Ian: Lucha con la enfermedad y cuando llega Mickey lo deja todo por él, aunque ha madurado, se da cuenta que esa no es una vida para él y vuelve a los brazos de Trevor. Aplausos una vez más para los guionistas. Han sabido tratar la transexualidad desde un prisma diferente, alejado del de Orange is the New Black y del de Transparent. Aquí ya ha pasado el drama, las cosas son como son y no nos recreamos en el dolor. Se agradece.

Debbie: Se las ha visto y deseado para seguir adelante con su bebé como madre soltera y tratando de encontrar trabajos y un hogar para su hija. Tiene dos puntos de inflexión, cuando servicios sociales le amaneza con llevarse a su hija, y cuando la rapta su propia abuela. No obstante, Debbie juega un importante papel entre los hermanos y los padres y es el nexo de unión de la familia.

Kev, Svetlana y Verónica: Alivio cómico, con el trío amoroso y la camioneta, el marido ruso y finalmente Kev como bailarín homo-erótico. Cuidado con la ruptura del trío por el problema con el “Alibi” que traerá cola.

Nuevamente otra temporada memorable de la serie, que no muestra síntomas de descanso, el golpe final de la muerte de Monica es todo un golpetazo sobre la mesa y ese final edulcorado, que podría haber sido final de la serie, da miedo. Sobre todo, por el hecho de que sea el final, que parece, queda cerca. Nos vemos en la octava.

2 comentarios:

mr_c dijo...

Que ganas de leer tus impresiones sobre Shameless.
La muestra más notoria del buen momento que atraviesa la serie es que en 2016 hayan realizado dos temporadas y la trama no se haya resentido. El único pero que le pongo es que me ha dado la sensación de que les han faltado minutos u otro capítulo para cerrar (o dejar encarrilados para la siguiente temporada) algunos asuntos, principalmente el robo del Alibi por Svetlana.
Dejando la serie a un lado y centrándonos en los aspectos detrás de las cámaraas, aplaudo la valiente decisión de Emmy Rossum de pedir un más que merecido aumento de sueldo, ya que hace varias temporadas que la serie reace sobre ella y es el verdadero punto sobre el que giran todos los personajes. Frank me sigue divirtiendo (y Macy está soberbio) pero en ocasiones parece que vive en su propio spin-off, diría que a día de hoy es uno de los personajes más prescindibles. Me gustaron las palabras de Macy cuando le preguntaron por el aumento de sueldo de Rossum, vino a decir que se merece lo que pida y no pude evitar ver cierto subtexto en el último episodio cuando Fiona le recrimina a Frank que ha sido ella quien ha llevado el peso de la familia en los últimos años.
Siempre pensé que Shameless acabaría de forma agridulce, dejando a los personajes en una cruda situación, pero viendo el cierre de la séptima, que ha sido a todas luces un amago de final, y hasta pudo haberlo sido por los problemas con las renovaciones, creo que podemos hacernos una idea cómo podría acabar y parece ser que optarán por un camino esperanzador y quiero mucho a estos personajes así que no puedo estar más contento.

seriéfilo dijo...

Mr_c: Gracias por tus palabras. Hablaba con Dids en su blog sobre el cariño que hemos cogido a los personajes y cómo nos importa el final de la serie. Yo lo pasé mal ante la incertidumbre de la no renovación. La serie se merece un final bien planificado y nosotros, merecemos comentarla. Gracias por mejorar mi post con tu valoración.

Saludos.