No como la han encumbrado en este
primer mes que lleva online, ni muchísimo menos.
La premisa es divertida y muy
ochentera, la atmósfera es original y bastante bien llevada y las actuaciones
están muy conseguidas, con la excepción de, claro está Winona, pero no es la
serie de la temporada, al menos no en cuanto a tramas, ni efectos especiales,
ni factor cómico o dramático.
Dicho esto, creo que el éxito de
la serie reside en que funciona maravillosamente bien en el target al que va
dirigida, que es el de los nacidos a finales de los setenta y principios de los
ochenta. Encaminada principalmente a ellos porque vivieron la época y fueron
testigos de primera mano de las películas infantiles y juveniles que se estrenaron
en aquel entonces y de las que tanto bebe Stranger
Things. Y es por esto que el poder de la nostalgia gana a otros tantos
factores que podría debatir aquí y que nunca superarían al primero.