La apuesta más fuerte de la
temporada en lo que se refiere a series por parte de la NBC es, sin lugar a
dudas This is Us, un drama (dramón/dramedia/ejercicio
de coaching según el momento) en el que tres personas que comparten cumpleaños
se encuentran en tres momentos vitales definitivos en su vida. Cumplen 36 años.
Y supongo que ahora en el siglo
XXI cumplir los 36 supone la nueva mayoría de edad o que, simplemente, se es un
adulto. Con 36 años una persona debe tener claro de dónde viene y que quiere
para el resto de su vida. La serie refleja ese punto de inflexión, ese punto de
angustia vital por descubrir quién somos y, sobretodo, a donde nos lleva la
vida.
Leí antes de ver el piloto que
para ver la serie iba a necesitar pañuelos, y que cuidado con que me cogiera
flojo. No es para tanto, pero ese tono buenrollista con un toque amargo que nos
presenta la serie es quizá lo que no me permite descubrir si me ha gustado o
no. Es más, no sé si adoro la serie o la odio profundamente. Me tiene bastante
desconcertado tras haber visionado los dos primeros episodios.
El primero de ellos está bastante
bien hilado y desvela un giro de guion bastante bien traído, y el segundo acaba
con un cliffhanger que hace que esta historia tome tintes de un drama familiar
como otro cualquiera, que si está bien hecho no es nada malo. Pero deja de ser
especial.
Y no sé porque le pido a This is Us que sea especial, pero lo
hago. Y supongo que durante el transcurso de los 18 episodios con los que
contará la temporada podré descubrir si la detesto o la adoro. Y si puedo
soportar las muecas de Milo Ventimiglia. Y su culito.
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