Los americanos lo llaman el sophomore slump, que tiene mucha más
pegada, pero al final hablamos de lo mismo. El reto tanto creativo como de
audiencias que debe afrontar un producto que ya no es nuevo pero que todavía no
está afianzado.
Cuajar una nueva serie en la televisión
generalista norteamericana es una empresa complicadísima. Este año ABC ha
tenido mucho éxito y ha conseguido renovar 7 series, aunque la mayoría de estas
son intercambios de midseason o antologías. No obstante canceló 6 nuevas
producciones. FOX por el contrario, canceló 4 nuevas series y renovó 3 para una
segunda temporada. Esta tendencia es nueva, sobre todo por la dificultad de
obtener datos espectaculares ya que hace apenas 2 o 3 años pocas de esas
renovadas hubieran sobrevivido.
Una vez que una serie ha cuajado,
ha aguantado 22 episodios en plena temporada con datos decentes y se decide
renovar comienza un periodo de reagrupación de ideas y de intento de mantener
el rumbo de la narración con el favor de los espectadores, algo que sabemos es
mucho más complicado de lo que parece. Muchos han sido los fiascos en cuanto a
las segundas temporadas y sus datos y ahora comentaré unos cuantos.
El primero que me viene a la
mente es lejano pero próximo, Twin Peaks,
esa serie que rompió moldes con su primera temporada y que con su segunda tuvo
muchísimos problemas argumentales mientras que sus ratings descendían hasta
tener que ser cancelada. Otro fracaso absoluto fue el de Dark Angel, la serie producida por James Cameron tuvo una primera
temporada de éxito sin precedentes y un cambio horario unido a un nuevo rumbo
en sus guiones que la catapultó al olvido tras la segunda. Hay casos menos
severos de series que sufrieron el varapalo en sus segundas temporadas pero que
vivieron mucho tiempo más para enmendar el error, entre ellas producciones como
Prison Break, Desperate Housewives,
Heroes, Revenge, Sleepy Hollow o las criticadísimas segundas temporadas de The Killing y True Detective. A la primera casi le provoca la cancelación y
sufrió un gran periplo hasta llegar a su fin y a la segunda parece que se le
complican las cosas para lograr una tercera temporada tras el aluvión de
comentarios negativos.
Sin embargo, y como hablaba de
que las cosas han cambiado mucho en el negocio televisivo últimamente, las
series que este año están en su segunda temporada han conseguido aguantar
bastante bien los envistes de los ratings y productos como Empire, Gotham, Last Man on Earth, Blackish, Fress off the Boat o How to Get Away with Murder continúan
reinando en sus horarios con pequeñas erosiones que no hacen peligrar casi en
ningún caso su renovación por una tercera temporada que las llevará
inevitablemente a la cuarta y a su sindicación.
Así funciona el negocio.
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