24 de febrero de 2016

Amor contaminado



Como producto Love, la nueva apuesta indie de Netflix, da el rendimiento que se espera de ella. Es una serie de Judd Apatow, con todas las consecuencias que ello conlleva, sobre una pareja caucásica y bastante asentada económicamente que acaba de estrenar la treintena y que se esfuerza más en parecer que en realidad acaba de estrenar la veintena.

No nos encontramos ante una historia rompedora ni llena de escándalos. Más bien llegaría a decir que suele ser bastante blanda en ciertas ocasiones, y mucho más blanca de lo que consideraría en una historia sobre treintañeros en Los Ángeles. Él es un tipo muy feo con una nariz prominente que está buscando su lugar en el mundo y que cuenta con un trabajo que le permite vivir bien pero que no le satisface, mientras que ella es una chica con pocos complejos y pasada de rosca que vive bien y tiene un buen trabajo pero que, al moverse por impulsos, es incapaz de poner freno a sus instintos, ya sean sexuales, con el alcohol o las relaciones de amistad.


Partiendo de esa base la serie descarta a una infinidad de públicos objetivos ¡Gracias Netflix, Gracias! y juega durante sus 10 episodios al gato y al ratón con momentos bastante acertados y algún atisbo de tedio o repetición de esquemas que tampoco deslucen el empaque de la serie. Uno de sus grandes errores es la duración de los episodios, de los 44’ del piloto a los 36-37’ que suele durar el resto. Showtime y HBO nos enseñaron que este tipo de series agradecen y mucho los 28 minutos y es completamente cierto. Y no es verdad eso de que con el binge watch esto queda desfasado, que va.

El piloto quizá no es su mejor carta de presentación, es más, creo que la serie tiene dos pilotos. Es el segundo episodio el que funciona verdaderamente como piloto y el que hace que entres definitivamente en la serie o no. Así que os recomiendo que si el primero os deja un poco fríos continuéis con el segundo para descubrir si realmente esta serie es para vosotros.

También, supongo, tendrá que ver que la persona que escribe este blog es caucásico, cercano a la treintena, con un trabajo acomodado pero que no termina de satisfacerle y con los problemas que de esto deriva, y que además tiene que escuchar continuamente que los 30 son los nuevos 20.

2 comentarios:

Dids dijo...

Hola querido Seriefilo,

No sabes la alegría que me da cada vez que entro aquí y veo una publicación tuya. Me encata este rincón, aunque me parece que esto ya lo sospechabas.

Y antes de meterme a hablar de Love, quería decir que me ha encantado el último párrafo, las series son lo que son para nosotros precisamente por nuestras circunstancias y es bueno saberlo y dejar los absolutos para los culturetas de pacotilla.

Y ahora sí, Love, me la vi del tirón, lo que tiene Netflix ¡Vaya! Y la verdad es que consiguió interesarme lo suficiente para continuar hasta el final - No quiero ni decirte la de series que tengo empezadas y ahí están... -

Por momentos creía ver que intentaba ser diferente, y ciertamente lo és, pero el final me ha molestado mucho, ¿Y te preguntarás por qué? Me gusta que nos presentaran a él como el tipo bueno, y a ella como la descarriada, he disfrutado viendo como en ralidad nada es lo que parece, y Gus ha llegado a indignarme mucho, - Cosas subjetivas de esto de ver series - Pero, el final, y es a lo que iba, me suena demasiado a heroe que va a salvar a la chica en problemas. Ella está hecha un desastre y al menos es honesta, no deberían estar juntos,y sé que eso no implica necesariamente que no decidan estarlo, pero a él lo vi en plan "Tranquila, nena, que ya estoy yo aquí" O quizá, seriefilo, es que Gus me ha ido cayendo cada vez peor, y todo lo que hace lo veo mal.

Pero la serie me ha gustado, es entretenida, quizá lo que más el personaje de Mickey, quizá, supongo, tendrá que ver que la persona que escribe este comentario es caucásica, en los treinta y muchas veces es un maldito desastre.

Un saludo, seriefilo^^

seriéfilo dijo...

Querida Dids:

Así es, tenemos que dejar los absolutos. No valen, no son buenos. Y no suelen representar.

El prisma con el que se ve una serie es el bueno. Y cada uno tiene un bueno. Pero está claro que Love tiene mucho que ver con el estado de ánimo con el que uno la vea y su situación.

Al final es una serie que no te deja un poso. Lo digo con la distancia. Pero es un producto más que digno. Y también que seamos capaces de ver eso es una gran ventaja.

Y si, los personajes dan una vuelta al final de los capitulos. ¿Quién es ahora despreciable? ¿O descarriado?

Gracias por tus comentarios tan geniales.

Un abrazo.