27 de abril de 2011

La tierra ajena, quema.



¿No dicen que la primera vez es diferente?

Me alegra poder hablar en este blog de una serie española, la verdad, no es que lo haya tratado como un tema tabú es que simplemente no había surgido una producción que de verdad valiera la pena en el ámbito dramático español en los últimos cinco años. Y esa es Crematorio.

Crematorio es una apuesta interesantísima de Canal + por las series de producción propia, y aunque los periodistas ya la están llamando el HBO español, hay que tener cautela, pero también esperanza. La serie nos relata en 8 episodios la vida de un corrupto empresario llamado Rubén Bertomeu en la que se conjugan los problemas laborales con los personales, hasta ahí nada nuevo, pero la estética, la forma de contar las cosas, el tiempo y la ventaja que supone tener una trama cerrada a tan solo 8 entregas hace que la calidad de esta serie destaque.



Crematorio hay que verla, es nuestro audiovisual dando sus primeros pasos hacia lo que puede ser una ficción de calidad, tomando riesgos y con buenas actuaciones por parte de casi todos los actores, con un Pepe Sancho estupendo, una Alicia Borrachero en su lugar y con Juana Acosta moldeando su personaje hasta dar un salto totalmente radical tras tan poco tiempo, quizá por eso fue la última actriz en incorporarse al rodaje.

Precedido por un piloto que dejaba entrever aciertos pero que no brillaba, la trama fluye con algún que otro momento puntual de tedio durante los 6 primeros episodios, pero si con algún adjetivo podemos marcar a esta ficción es con la de inteligente, gracias a sus golpes de efecto al final de cada capítulo, y gracias a la cohesión que nos ofrece de principio a final. Y es que el último episodio nos concede momentos de tensión y de sorpresa difíciles de olvidar que nos hacen recordar que al final del día sólo podemos confiar en nosotros mismos.



No vale la pena contar más, ojala Canal + pueda seguir apostando por la producción de series españolas de este calibre, los ingredientes de Crematorio no son difíciles de unir, un poco de soap, thriller, cliffhangers y corrupción urbanística, pero si muy difíciles de hacerlos funcionar todos juntos.

No es Damages, ni The Sopranos, pero ni falta que hace, es una buena serie española.

24 de abril de 2011

A 100 por hora.



Si por algo se caracteriza 30 Rock es por el ritmo de sus episodios, 20 minutos de gags sin descanso, con meta referencias televisivas y sin risas enlatadas, lo que podríamos denominar como el paradigma de la nueva forma de hacer sitcoms en el nuevo milenio.

30 Rock ha sobrevivido gracias a su calidad y a la debilidad de una NBC que ha primado la crítica a los ratings, cosa poca habitual en las network pero no única, así y todo después de 5 temporadas el vehículo de Tina Fey sigue fresco como una lechuga y renovado para otro año más.



A diferencia de The Office el doble capitulo para celebrar los 100 episodios de la serie no se hace pesado en ningún momento, es difícil hacer episodios cómicos con una duración de drama, y aunque en España se sabe mucho de eso, en América solo suelen atreverse en contadas ocasiones, siendo esta última todo un acierto.

Creo fervientemente que 30 Rock no es para todos los públicos, y por eso no podrá nunca llegar a convertirse en un éxito masivo como en su día lo fue Friends o Frasier, pero es una evolución necesaria a la hora de hacer comedias. Muchas series ven como tras 5 temporadas la repetitividad y la falta de ideas empieza a cansar al espectador, como ocurrió con How I Met Your Mother el año pasado, pero la peculiaridad de una serie como 30 Rock no deja que esto ocurra.



El capitulo 100 pone toda la carne en el asador, con estrellas invitadas, líneas y diálogos para todos los personajes y la trama central de la posible cancelación del TGS tras una audiencia en picado durante cinco temporadas y la pérdida de su nuevo Will Smith particular.

Por todo esto 30 Rock tiene cuerda para largo, aunque Alec Baldwin esté siempre amenazando con jubilarse o aunque NBC cambie y cambie el horario de la serie cada temporada. Esta vez si han atinado. 

16 de abril de 2011

Breaking Out


Fox ha decidido un año más estrenar una sitcom a estas alturas de la temporada, cuando American Idol dura 1 hora y media y tan solo le quedan 30 minutos libres en su parrilla con la esperanza de consolidar una comedia de imagen real tras años de fracasos encadenados, pero  Breaking In no cumple las expectativas, ni cuantitativas ni cualitativas.

Ni Live On A Stick ni ‘Til Death pudieron sobrevevir al caramelo envenanado que supone emitirse tras el programa más visto de la televisión americana, y es que para garantizarse al menos alguna posibilidad de renovación Breaking In debería retener al menos el 50% de la audiencia del reality Show, cosa que no pudo hacer ni en su estreno, cuando solo retuvo al 40% de los casi 25 millones que seguían American Idol, la cosa se ha acentuado en su segundo episodio cuando ha perdido todavía mucha más cuerda promediando tan solo 8,40 millones de espectadores.


No podemos hablar ni de una historia original, ni de unos actores totalmente inspirados. El problema fundamental es que no sabe que tipo de comedia debe ser, alocada y a la vez contenida, con personajes extremadamente irrelevantes, histriónicos y sin carisma, y es que nuestro amigo Christian Slater ha demostrado en más de una ocasión que la televisión no es lo suyo, y si en drama no funciona en sitcom menos, y aunque no hace un trabajo horroroso, su personaje no encaja en la dinámica ni funciona como un jefe atípico y descarado como si lleva haciéndolo Steve Carell durante 7 temporadas.

El mayor problema quizá es que tras ver el piloto te quedas completamente helado, es de agradecer que las presentaciones no se hagan arduas y que a los pocos segundos ya esté todo definido, pero es que tras pasar los 21 minutos de rigor no tienes la más mínima curiosidad por ver el segundo capitulo, eso si, a no ser que aparezca como estrella invitada Alyssa Milano.



La Milano es capaz de mejorar exponencialmente cualquier cosa que toque, y esto no es objetividad ¡Qué se le va a hacer! Pero es cierto que tras la segunda dosis las cosas mejoran y la serie puede llegar a encontrar su camino, pero me temo que 6 episodios son pocos para arreglar el pequeño entuerto donde se encuentran.

Si quieres ver como Christian Slater se está ganando a pulso el inefable titulo de Innombrable nº3, si te apetece ver a Michael Rosembaum (el Lex Luthor de Smallville) con cresta o descubrir los mil y un trucos que utiliza el director para tapar el embarazo de Alyssa Milano en el episodio puedes ver Breaking In, sino te aviso que adentrarte a la fuerza en esta historia puede ser un poco traumatizante.

7 de abril de 2011

Asesinato por fascículos.



The Killing es la nueva producción que ha encandilado a la blogosfera española y americana, las buenas sensaciones parece que invaden a todos los bloggers, una interesante mezcla entre Twin Peaks y la muy recomendable y tristemente cancelada Rubicon que tras su doble estreno tiene todas las papeletas de convertirse en la sensación de la última parte de la temporada.

Aquí tenéis retazos de varias críticas para haceros una impresión más precisa:

Yo no me aburro: La ambientación (la música, la fotografía) es lo mejor de la serie. Me recordó a Rubicon por su tono pausado, el mismo que paradójicamente crea inquietud, por sus personajes en apariencia fríos y reservados, por esa lluvia que no cesa, que parece acrecentar el dolor, la soledad y la tristeza. Su protagonista no es guapa ni sexy, es una policía inteligente, con un sexto sentido, observadora y muy perspicaz. […] Como en Rubicon todo encuentra luego un porqué […] Merece la pena adentrarse en las vidas de estas personas que parecen estar conectadas, en sus mentiras, deseos, secretos y, sobre todo, su dolor.



Truthkills: Lo primero que me ha gustado de este primer capítulo es que nos presenten a los personajes principales, mediante pequeñas escenas personales, antes de que el drama sacuda todas sus vidas […] Relatan la historia día a día desde los tres puntos de vista, el político, el policial y el familiar, deberán compaginar bien los tres porque en un principio está claro que no tienen muchos puntos en común, y las tramas deberán enlazarse para cohesionar un relato final, el que consigan que todas tengan interés será la principal baza para el mayor o menor éxito de la serie, de momento lo están haciendo bastante bien.


TV killed the movie star: Sin ser la trama más original del mundo, no deja de ser interesante ver como equilibran estos tres mundos […] Pero a toda esta maravilla técnica le ha faltado algo: engancharme. La serie me ha gustado mucho, pero le ha faltado algo que me haga esperar con ansia el siguiente episodio.

El Diario de Mr. MacGuffin: Destaca por permitir que las cosas se vayan asentando y los personajes vayan mostrándose poco a poco para que luego las revelaciones tengan más peso, y para que nos hagamos una mejor idea de hasta qué punto la muerte de Rosie afecta, y destroza, las vidas de todos los relacionados con ella […] Desde luego, está rodada más a la europea que las típicas series policíacas americanas.



Hablando de Series: The Killing, adaptación de una serie Danesa, vuelve a presentar un trabajo original, cuidado y de calidad. Me sorprende positivamente de AMC que no han querido encerrarse en un único perfil o corte de serie como sí hacen otras como Showtime y con cada nuevo título exploran nuevos géneros o tonos en sus historias […] Encontramos una historia contada con un tono muy equilibrado que no se excede en el drama ni la sobriedad pero tampoco escatima en honestidad y naturalidad […] No se deja llevar por los convencionalismos del género y aprovecha también sus aspectos de serial dramático con toques de thriller.

Basura and TV: La clave de la temporada estará en la naturalidad con la que consigan desarrollar la trama, administrar el tiempo y sorprender con giros argumentales; pero visto lo visto, da la sensación de que está todo fríamente calculado […] The Killing es un juego de quién-cómo-dónde-por qué con unos recursos estilísticos impecables y una trama intrigante que absorbe al espectador rápidamente.

¿Es The Killing entonces, un nuevo éxito para AMC?