Con la seguna temporada de Transparent, Jill Soloway consigue
cuajar definitivsmente su serie y consolidarla a cambio de llevar a los
personajes a lugares donde nunca habían tenido que enfrentarse con bastantes
aciertos y algún que otro tropezón más que evidente.
La primera temporada de esta
dramedia fue un soplo de aire fresco por su temática. Bien es cierto que esta
segunda tanda es la que me ha permitido conocer a todos sus personajes e
intentar entenderlos, pero también parece menos redonda respecto a la anterior,
más apresurada en un guión que a veces no termina de ser consistente con
personajes que, a priori, son muy empáticos pero puestos a analizar acaban
siendo muy egoístas. Con razones o sin ellas.
Spoilers de la trama.
Para mí la pega de la segunda
temporada es que empieza fuerte pero va desinflándose, como aquella botella de
refresco que está abierta en la nevera 5 días y ha ido perdiendo el gas.
El primer episodio me gustó por ver
la bajada a los infiernos de Sarah cuando decide casarse con su novia Tammy
pero se da cuenta tras dar el sí quiero que ese ha sido uno de los errores de
su vida. Tras esto vemos como el personaje va tocando fondo y colapsa en su
vida social hasta esa maravillosa escena al final de cuarto episodio, donde
después de haberla liado en el baile escolar la vemos en su casa, completamente
desnuda y vulnerable preparándose la cena. Uno de los puntos álgidos de la
temporada.
Otro punto importante, quizá por
la novedad que presenta, es la escena de la masturbación que Maura le practica
a Shelly, su exmujer. Importante porque no sé vosotros, pero yo nunca había visto
nada así en televisión antes, y me pareció muy sincero y necesario, valiente.
Luego comienzo a ver como el
egoísmo de los personajes se va acrecentando, lo llamo egoísmo y no valentía.
Podría utilizar valentía, pero no lo hago. Que Josh se eche para atrás tras
saber que Raquel ha abortado es egoísmo puro, unido a que deje escapar a su
hijo biológico por las buenas. Que Ali deje a su novia por su indecisión y se
maraville por alguien tan experimentado como Leslie no lo catalogaría como
egoísmo, pero es que quizá el personaje de Gaby Hoffmann es uno de los más
repulsivos, moralmente hablando, de la televisión actual. Un personaje que se
escuda siempre en terceras personas y busca la satisfacción personal haciendo válidas
las excusas de la norte-América más rancia. Se cree tan moderna, liberada y
condescendiente que es un chiste como concepto. Y quizá sea esa la intención de
Soloway.
Luego tenemos el egoísmo de
Shelly para con sus hijos, siempre pendiente del dinero y de no quedarse sola
pero obviando facetas maternales que dejan huella. Y no sé, creo que el hecho
de que una madre se comporte así tiene que afectar a sus hijos, pero no me
parece que eso sea excusa para que el comportamiento de estos sea el que es
como se hace intuir al largo de los capítulos. Y ahora viene Maura, y necesito
un párrafo aparte.
Demos por hecho que ya pasamos
por alto la valentía del personaje por ser lo que es y lo que vimos en la
anterior tanda. En la actual la seguimos viendo luchar contra estereotipos e
injusticias varias, como aquello que sucede en el campamento de mujeres o las
palabras que le dice el novio de Davinia. También la vemos enfrentarse a su
pasado como opresor de un grupo de mujeres liberado por Leslie, pero sobretodo
la vemos perdida y sin un rumbo claro, con dinero pero viviendo de qué manera, dejando
todo atrás en un quiero y no puedo que debe evolucionar en una tercera
temporada para no saturarnos con un tema que puede llegar a aburrir a esas
alturas.
Y aquí tengo que hacer un inciso.
Me parece que nos volvemos locos con los actores que se metamorfosean para un
papel, y yo me pregunto ¿Hay que encumbrar a Jeffrey Tambor porque haga el
papel de una mujer? No lo creo. ¡Ya está bien!, como tampoco debemos hacerlo
más cuando un actor pierde mucho peso en una película o debe disfrazarse más de
la cuenta. Esta es una corriente en Hollywood que debía erradicarse, lo digo
porque en muchas listas está Tambor como uno de los mejores actores de TV del
año, y no lo es, no en esta segunda temporada y no con otros actores mostrando
facetas mucho más atrevidas. Ale ya está dicho.
La trama que sí me ha disgustado
tanto como para apagar la pantalla es la que ocurre en la Alemania nazi.
Horrible de principio a fin por lo que representa y que vemos culminar en el
último episodio. Me esperaba más de la serie, y ese recurso de “mira también le
pasó a su tia hace tantos años y sufrió muchísimo”, “mira lo llevaba en los
genes”, “mira su madre va a estar orgullosísima de ella cuando llegue a la
residencia” y “mira nos vamos al mar a pensar” fue eso, terrible. Una trama
para olvidar. Una trama para la basura.
Entonces los Pfefferman ¿son
egoístas o valientes?
2 comentarios:
En cuanto la maratonee aquí estaré para comentar la jugada. Y será en breve, seguro ¿Qué le pido a la segunda? Más primera temporada.
Un saludo Seriefilo^^
Dids: Pues es más, mejor y un poco de frustración.
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