8 de abril de 2015

El modelo televisivo en peligro de extinción



La caída del negocio en la sindicación de las series está haciendo peligrar cada vez más el sistema televisivo norteamericano, y es la irrupción de, como no, Netflix y las diversas plataformas online como Hulu las que se llevan las culpas.

Por si alguien no lo entiende lo explicaré rápido. Las 5 cadenas en abierto que operan en EEUU programan en su parrilla series que les cuestan alrededor de 3 millones de dólares por episodio, dinero que les es imposible recuperar vía publicidad o merchandising en la gran mayoría de los casos, siendo solo rentables al ser vendidas a las innumerables emisoras de cable que necesitan de programación enlatada para llenar sus diferentes horarios.


Hasta ahora, esa era, de forma casi exclusiva, la ventana de beneficios más rentable que una productora podía sacar de un drama de una hora de duración o de una sitcom de media hora. Y esa depende muy mucho del éxito de la serie, de su temática y de la notoriedad que tenga en su primer pase, puesto que las emisoras de cable vienen a pagar entre ½ y 2 millones de dólares por un pack de las reemisiones de cada capítulo.

Un ejemplo de que el sistema está en peligro es el caso de The Good Wife, una serie que muchos admiramos, con grandes actores y una trama maravillosa pero cada vez más sofisticada y menos auto-conclusiva. Hace dos años, cuando comenzaba con su cuarta temporada, CBS lanzó un acuerdo con el canal de cable Hallmark Channel, Amazon y Hulu para que estos fueran los lugares donde las reposiciones de la serie tuvieran cabida. Casi 2 millones de dólares por episodio es lo que se embolsó la productora por cada entrega de esta serie y tras tan solo unas semanas en emisión Hallmark tuvo que dejar de emitir la ficción por bajas audiencias.

Si tenemos en cuenta que un canal de cable puede gastarse unos 100 millones de dólares en una serie de larga duración que puede no funcionar en las audiencias ¿Continúa siendo este un negocio lucrativo? No solo el caso de The Good Wife es relevante, ficciones como Modern Family The Mentalist o Hawaii Five-0 tampoco han dado los datos necesarios para recuperar la inversión.

Y estos problemas se achacan al cambio de hábitos del consumidor que ahora prefiere consumir sus series bajo demanda. Lo que ocurre es que el dinero que las productoras de las series reciben de las compañías de streaming es un pequeño porcentaje que nada tiene que ver con el que reciben de los canales de cable.

Ahora la industria necesita esclarecer si este negocio puede continuar siendo lucrativo sin la compra de los canales de cable de los episodios anteriores. Si estos canales se hartarán de depender de reposiciones y serán capaces de invertir ese dinero en producción propia y si el modelo seguirá siendo sostenible o el nivel de producción deberá bajar.

Tiempos difíciles para un modelo televisivo que va de camino de no poder soportar temporadas de 22 episodios ni presupuestos que rondan los 3 millones por episodio.

2 comentarios:

Fran dijo...

Muy interesante este tipo de artículos. Una pregunta,¿ después de que a una cadena de cable le fracase una serie ( como The Good Wife) esta debe de seguir pagando por los capítulos venideros?¿No puede suponer la quiebra del canal un fracaso de estas dimensiones? Saludos.F

seriéfilo dijo...

Fran: Gracias por tus palabras. Las cadenas de cable adquieren un pack de episodios. Como mínimo establecido se marcan 88, para poder garantizar que no se repitan episodios en un mismo trimestre. No están obligadas a comprar más si el negocio no ha sido lucrativo pero desde luego no puede suponer una quiebra, principalmente porque juegan con presupuestos muy superiores a la hora de confeccionar una parrilla, aunque sí un duro revés económico, de ahí lo de que el negocio comienze a peligrar.