Dicen que lo que es bueno se
copia, plagia o se adapta. Esto último es lo más bonito, básicamente porque
reconoces el trabajo de otra persona y presentas este a la audiencia de tu
país. Eso es lo que ocurre con The
Returned, la adaptación al inglés de la fantástica y oscura Les Revenant, de la que hablé hace un
tiempo y de la que espero su segunda temporada como agua de mayo.
Últimamente lo remakes dejan
mucho que desear, quizá es que nunca han deseado mucho y tan solo los que son
capaces de reinventar las tramas y darle las vueltas triunfan, cof cof
Galactica, cof, cof, Shameless consiguen perdurar en el tiempo y el imaginario.
En este caso creo que la adaptación
no es mala, consigue transmitir, tiene atmósfera y repite básicamente lo que el
original francés aporta, pero no tiene ese alma. El alma que hace que una serie
sea un superéxito o algo anodino. Evidentemente si has visto el original poco
puedes esperar de esta adaptación, y mucho menos si el camino del piloto sigue
con la fórmula que presenta.
Es una lástima que los
espectadores seamos tan especiales, y la idiosincrasia nos haga rechazar un
producto europeo subtitulado si queremos entenderlo, y que necesitemos pasar el
filtro a todo bajo nuestros ojos. The Returned es una foto retocada de Instagram,
una foto que salió bien pero a la que le ponemos un filtro que no le hace
justicia.
Y el resumen se puede ver en la
última imagen que apoya este texto. En el niño. Sí, ese niño que aparece de la
nada, mudo, misterioso, lleno de angustia pero con una inocencia todavía
latente. En la original el niño cierra los ojos, en el remake los tiene bien
abiertos. Quizá los americanos no han entendido que el mundo de Les Revenants
hay que abordarlo con los ojos cerrados, con las luces tenues, como sin saber
que lo que vivimos es realidad o ficción. El alma.
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