Llegar a los 100 episodios para una comedia que se presupone heredera de Friends y que ha estado tantas veces en la cuerda floja es un logro a celebrar por todo lo alto, pero la sensación que se me ha quedado al ver el último y, se supone, tan especial episodio ha sido la de: ¡Qué lástima!
Todos sabemos que la sitcom no pasa por su mejor momento creativo y hemos notado cierto desgaste desde la pasada temporada, que estuvo difuminado gracias a los dos divertidos bombos de las protagonistas, pero desde que comenzó esta quinta tanda parece que todos estos pequeños fallos se hayan ido acentuando. No voy a ser yo quien me convierta en el típico crítico destroyer que pone a parir todas las series que ve (aunque haya puesto a caldo a Spartacus y no haya glorificado la cuarta temporada de Dexter) pero dejadme deciros que esto ya no es lo que era.
Y es esa sensación de ¡Qué lástima! la que me recorre después de terminar cada uno de los episodios estrenados de septiembre hasta este momento, seguido de ¡Seguro que el siguiente es mejor!, porque en este lugar hemos querido y mucho esta serie durante largo tiempo.
No miento si digo que con el episodio 100 me esperaba una redención que no ha llegado, una reconciliación gracias a un episodio que debería ser redondo y no lo ha sido, porque no ha habido nada especial, viendo el episodio me he preguntado varias veces si estaría equivocado y esto no sería el 99 en vez del 100, pero no, ha llegado y en los últimos dos minutos hemos tenido el tan esperado musical.
Y a partir de aquí puede haber pequeños spoilers de la trama del episodio. Y es que Ted se ha mostrado como siempre, y aunque ya hemos estrechado un poco más el cerco sobre quién puñetas es la madre, solo le hemos visto un poco de pantorrilla, no está mal para empezar, y es que en cierto momento he pensado que por fin habíamos descubierto que en realidad la madre era Summer, digo Rachel Bilson, que ha estado encantadora, pero no… ¡que va! La madre era su compañera de piso, una compañera con los mismos gustos que Ted. Bonito hasta vomitar.
Luego hemos tenido a un Marshall muuuucho más calzonazos que de costumbre, a una Lily mucho más masculina de lo normal, y a Robin con el único momento divertido del capitulo, y claro está, a Barney (que a mi no me gusta un pelo pero se que todos vosotros lo queréis más que a vuestro primo favorito) que sin duda se ha convertido en el protagonista absoluto de la serie, ¡Doctor un nuevo caso del síndrome Pacey!, y ha llevado todo el peso cómico, ha vuelto a enseñarnos pectorales, se ha movido como pez en el agua con la performance del final, y sigue liándose con las tías más buenas como en los viejos tiempos, y eso señoras y señores, siempre aumenta el morbo, porque todos sabemos que Neil reconoció hace mucho su homosexualidad.
Si os fijáis al final del todo se pone de manifiesto como los cinco protagonistas no tenían muy bien ensayada la coreografía, ¡y Alyson Hannigan no ha cantado!, y era el momento que todos habíamos estado esperando tras el musical de Buffy y todas sus reticencias…
¡Qué lástima!, pero… ¡Seguro que el siguiente es mejor!
Pd: Gracias por la gran afluencia de personas que os habéis acercado al blog en su aniversario. !Ha sido espectacular!
14 comentarios:
me ha encantado lo del sidrome Pacey XD ¡Qué tiempos los de Dawson!
no ha estado tan mal, ¿no? yo hace ya bastante que le pido bien poco porque como tengo a TBBT :)
Un saludo, y todas esas visitas y comentarios son merecidísmos, el fruto de tu trabajo y amor en cada entrada, a seguir así^^
¿Me lo parece a mí o Marshall cada día es más prescindible? Si ya cuando Lily se fue a California no supieron aprovecharlo para echarle al menos un ligue de una noche. Marshall es lo que a Ted le hubiese gustado ser desde siempre. Igual de vomitivos ambos.
Y, siento decirlo, me sumo al club de fans de Barney, jaja. Y haría otro para Robin, a ver cuando sacan la supuesta serie de Robin Sparkles con Alan Thicke, que lo dejaron caer hace unos episodios.
A mi me entristece mucho su situación porque le tengo mucho cariño a esta serie, pero ha habido una decadencia que comenzó la pasada temporada con demasiados altibajos.
El número musical se queda corto y el juego con Rachel Bilson soso, muy soso, esperaba que fuera el inicio de su recuperación, pero ahora pido un final digno para esta serie que tantos buenos momentos me ha dado.
Me pasa igual que a ti, cada semana que pasa me cuesta mas ponerme a verla. Sigue siendo divertida, pero no es como antes.
Aunque la verdad es que eso me está empezando a pasar con casi todas las comedias que antes me gustaban (30 rock, The Office). No se si soy yo que me estoy dramatizando o es que han bajado la calidad. Espero que sea solo una fase...
Opino como Satrian, me da mucha pena lo floja que está porque es una de mis comedias favoritas, pero es que todos los personajes están desaprovechadisimos esta temporada...que le den un digno final antes que prolongar la agonía.
Saludos!
El nivel de esta serie ha caído en picado, una lástima con lo grande que era. Ojalá la sexta sea la última temporada y tengamos un final decentillo.
Sí, el nivel ha caido, pero para mi está por encima de TBBT (matadme si quereis), y este episodio ha estado bastante bien, pero bastante bien no es suficiente para lo que tendría que haber sido el episodio número 100 de HIMYM
Alison no canta ni en la ducha, que en Buffy le rogó a Whedon que no le diera casi líneas a ella sola.
El episodio ha estado entretenido, pero creo que la serie ya no tiene remedio, o éso nos dan a entender: yo creo que tendrían que presentar a la madre al final de la temporada y terminar el año que viene con dignidad.
Yo también quedé un poco decepcionado, pero reconozco que la canción final subió bastantes puntos al capítulo.
A mí el capítulo me pareció bueno, sobre todo porque no esperaba uno maravilloso. Solo esperaba que fuera un musical y no lo fue, así que... sobre esto, no me gustó que Barney lo soñara para colarlo. El señor Stinson puede montar ese numerito un día cualquiera sin tener que recurirr a ese recurso tan manido.
HIMYM no volverá a ser la que era, eso creo que hay que empezar a tenerlo en mente para dejar de darla tantos palos (merecidos).
A mí el musical y el capítulo en general me ha parecido una basura.
No es que sea dura, es la verdad... aburrido hasta el cansancio.
A mí Barney me gusta, es el mejor personaje de la serie de hecho, pero aquí ni siquiera él se ha lucido. Es más, han estado todos especialmente ridículos.
Me ha gustado el título que le has puesto a la entrada y la he citado en un post ;)
Un saludo!
Creo que el problema de la serie fue, paradójicamente, apostar tanto por Barney. Cuando se comió el show, se descentraron el resto de personajes...
A mí me sigue haciendo gracia, aunque capítulos realmente buenos esta temporada, quizá solo haya sido el de Von Mattelhorn, ¿no?
si, el de esta semana de amanda peet tampoco estuvo mal. No hay que enterrarla antes de tiempo. Tengamos confianza.
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