22 de octubre de 2015

Almas perdidas en busca de respuestas



Les Revenants, esa maravillosa revelación francesa que triunfó en 2012 acaba de terminar su segunda y última temporada por todo lo alto. Hacía tiempo que una historia como esta no me dejaba sin respiración, intrigado pero satisfecho, al borde de la silla disfrutando de cada episodio, de cada plano, de cada nota musical y de cada pequeño misterio que se iba desarollando muy poco a poco y que te dejaba con ganas de más.

He leído muchas buenas críticas sobre la serie, a las que me sumo sin pestañear. En la mayoría de estas críticas se aseguraba que esta no es un serie para todos, que es buena pero a la vez demasiado consciente de que es buena. Da igual, animo a cualquiera que no la haya visto a que la vea en versión original, aunque tenga un ritmo lento, aunque los giros de guión no sean locos, aunque abrace la ciencia ficción realista o aunque su modus operandi en general diste mucho de las series a las que estamos acostumbrados/ nos ha acostumbrado el negocio norteamericano.


El hándicap de la segunda temporada de la serie era evidente, primero porque hacía más de dos años que no se emitía un nuevo capítulo y segundo porque nos habíamos ido olvidando de sus tramas y personajes. Eso pesa mucho, sobre todo en los primeros capítulos donde la acción transcurre muy pegada a donde lo dejamos al principio de la primera tanda. Sin duda la ventaja de partir con unos personajes familiares y con una mitología asentada hace que todo fluya con mayor facilidad.

Aquí hay personajes muertos y personajes vivos, dos bandos que en realidad son uno y que, si permitís, me han recordado en ciertos momentos a aquella dinámica entre los humanos y los cylon en Battlestar Galactica por el desconocimiento de uno sobre los otros y la información a cuenta gotas que nos iban suministrando. También me ha recordado, sobre todo en la recta final, a Jordskott por esa interesante utilización del elemento natural como guía para que la acción transcurriese.

Les Revenants ha demostrado estar a la altura de las más grandes, jugando en una liga menor pero sacando pecho y demostrando que en Europa se puede trabajar con una calidad enorme y una libertad que, en ocasiones, es tan liberadora que hace que sea la industria norteamericana la que tenga que envidiarnos. Esta serie es un ejemplo de un claro producto excepcional, y no me duelen prendas al decirlo. Enciende tu dispositivo, deja de contar el tiempo y sumérgete en un pequeño pueblo francés donde nada es lo que parece y los seres queridos que hemos dejado atrás vuelven para hacernos recordar que todos somos almas perdidas en busca de respuestas.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Genial post. 'Les revenants' usa un lenguaje audiovisual al que no estamos acostumbrados. Cada plano es una delicia, y la música de Mogwi no desmerece nada.

Un saludo.

seriéfilo dijo...

Gracias. Totalmente deacuerdo, obras audiovisuales como esta son oro.

Saludos.