La última vez que hablé de la
serie fue en 2010, básicamente cuando dejó de funcionar como divertimento trash
y empezó a caer en una rutina donde más era más y lo único que importaba era
seguir adelante.
Pero, sin embargo la serie ha
sido, pese a sus terribles últimas temporadas, un fenómeno que no deberíamos
olvidar. Llegó a una HBO en horas muy bajas y consiguió un éxito de crítica y
audiencia que no esperaban ni en sus mejores sueños, revolucionó una vez más un
género, el de los vampiros, que nunca había dejado de pertenecer a los
adolescentes y lo elevó a una dramedia kitsh que tuvo su gracia durante un par
de temporadas, como mucho.
Venía de la mano de Alan Ball
tras finalizar Six Feet Under y aunque las expectativas estaban muy altas
consiguió sorprender, algo muy difícil en la televisión ahora y hace 7
temporadas. ¿Entonces qué sucedió con lo que se suponía iba a ser el nuevo
éxito HBO?
Probablemente nada, puesto que a
pesar de las locuras de los guionistas la serie se ha mantenido prácticamente
en los mismos estándares, y ese inmovilismo ha sido quizá, lo que le ha hecho
encajarse en una parrilla donde estaba cómoda, donde marcaba grandes datos de
audiencia hiciese lo que hiciese en un bucle que parecía no tener fin. Y cuando
ese bucle no tiene fin normalmente se agota el contrato de los actores, cosa
que ha sucedido.
Spoilers sobre la última temporada.
Poco hay que añadir a esta
anodina tanda, ni la muerte de Tara, ni de Alcide ni tan siquiera de Bill en el
final hacen que el espectador sufra ni lo pase mal, ni tampoco ha servido como
resorte dramático para absolutamente nada. Y es que las críticas hacia el final
no están siendo nada, pero que nada benevolentes. Desde luego a mí me ha
sorprendido, puesto que esperaba una hecatombe llena de sangre digna de serie B
y me he encontrado con una típica escena sureña con todos los personajes alrededor
de la mesa, con sus hijos, sus parejas y luces iluminando una noche que parecía
enclavada en el paraíso.
Con dos cojones True Blood se va
haciendo lo que le da la gana, y contra todo pronóstico sorprende, aunque eso
no significa que su audiencia quede satisfecha, aunque supongo que estos no la
seguían por fervor a la trama sino para divertirse con sus locuras, ver si se
le escapaba una teta saltarina a la Paquin o el pajarito a Skarsgard.
Y por eso merece un tributo, o al
menos un post, True Blood nos ha dado muchos momentazos y mucho despotrique, y
oye, quizá es muy aventurado por mi parte pero ¿Podría existir un Strain sin
True Blood antes? ¿O un Penny Dreadful?
2 comentarios:
Muy, muy decepcionante... :( La serie ya hacía algún tiempo que se estaba hundiendo, pero en esta última temporada ya ha sido descarado. Os dejo el post que le dediqué ayer en mi blog, donde me dedico principalmente a cantar los buenos momentos que nos hizo pasar en sus anteriores temporadas, por si tenéis curiosidad y/o nostalgia ;)
http://seriesanatomy.blogspot.com.es/2014/09/true-happy-ending.html
Saludos!
Me gustó la última temporada y el último episodio me pareció una basura, pero bueno... un día de estos escribiré algo, a pesar de la pereza. :)
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