Supernatural nació en el peor
momento, de forma extraña y con poquísimas posibilidades de sobrevivir, pues lo
tenía todo en contra, y ahora tras 10 años y a punto de llegar a los 200
episodios, su historia, y como ha llegado hasta aquí la hace una producción
interesantísima desde el punto de vista comercial, por lo que no habrá
ni un spoiler de la trama, ni necesitarás saber, si quiera, quienes son los
personajes principales de la serie para seguir este post.
Supernatural nace en 2005 en TheWB, un canal que afrontaba su última temporada siendo el último en la
parrilla y que hacía varios años que no había conseguido un éxito de ninguna
serie nueva que pudiera renovar. TheWB había virado su estrategia hacia las
series familiares dejando de lado los dramas fantásticos para jóvenes adultos,
pero debió ser por el éxito de los que quedaban en parrilla por lo que quizá se pensó que esta nueva serie
podría funcionar.
Su reparto era virtualmente
desconocido aunque se conocía a sus protagonistas por roles secundarios en
series y películas, y se decidió estrenar la serie arropada por Gilmore Girls,
ya sabéis, para intentar arrastrar a los espectadores que ya conocían a Jared
Padalecky. Su audiencia fue correcta, pero a ello también ayudó que TheWB
renunciara a la hora de las 9 de los domingos y emitiera sus reposiciones tras
Charmed, dándole dos espacios semanales para enganchar al espectador.
Viendo que no terminaba de cuajar
en su horario, a partir de mid-season se le emparejó con un producto similar,
Smallville, y allí comenzó un tándem que funcionó durante muchísimos años,
tanto en una network como otra.
La segunda temporada se mudó
forzosamente a CW, claro está, y su audiencia bajó hasta 3 puntos de rating lo
que le hizo estar en la cuerda floja y apunto de la cancelación. Hay que tener
en cuenta que CW estaba redefiniendo su contenido hacia el target femenino e
iniciándose en el modo soap opera, por lo que nuevamente, esta serie era un
reducto que no tenía mucha sintonía con su emisora. Y así continuó en su tercer
año cuando la audiencia bajó todavía más y todas las alarmas saltaron.
No obstante y tras el general
declive de CW, la serie se mantuvo en audiencias asumibles y continuó su
emparejamiento con Smallville y luego Vampire Diaries hasta la finalización de su quinta temporada,
donde se llegaba al final de su trama principal como había estado
concebida, y parecía que no habría más donde rascar.
Pero en un movimiento inesperado
CW renovó a Supernatural y a Smallville por una sexta y décima temporada
respectivamente y las envió al viernes noche a morir, como elefantes que van a
dar sus últimos coletazos. De nuevo nada más lejos de la realidad, las dos
series sorprendieron por sus datos en esa desastrosa noche y mejoraron las
cifras de la cadena de forma exponencial. Poco camino quedaba para Smallville
que ya había anunciado que la décima era la última temporada pero entonces
Supernatural se resarcía y tras estrenar nuevo showrunner durante el sexto año
conseguía renovar para un séptimo.
Si algo funciona en viernes, se
queda en viernes, y así se afrontó la séptima temporada que tenía sabor a
final, ya que sin el colchón de Smallville la audiencia bajó y sus datos,
aunque buenos para el día de emisión, no parecían altos para una producción que
se encarecía por el paso de las temporadas, además, tras tan solo dos años, su
segunda showrunner dejaba el barco.
Ante todo pronóstico, de nuevo,
la octava temporada era una realidad con nuevo showrunner y cambio de día al
miércoles, algo que sentó a la serie de maravilla y que la hizo subir más de
dos puntos de share, también gracias a su emparejamiento con Arrow que la hizo
convertirse en la tercera serie más vista de CW siendo renovada por una novena
temporada que pasaría a emitirse el
martes, con un lead in menos efectivo y una mayor competencia.
Pero parece que ya nada pueda
afectarle a esta serie que ha sufrido cuatro cambios de horario en nueve años,
una mudanza de cadena y la reformulación que sufrió esta de estar orientada a mujeres
jóvenes a virar hacia el género fantástico, los
vaivenes del cásting, tres showrunners diferentes e infinidad de compañeros de
parrilla. Pero nada afecta a este solido producto que entrará en su décima
temporada en otoño y celebrará su episodio número 200, sin grandes campañas de
marketing, ni estrellas de Hollywood. Ahí es nada.
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