Un año más, y ya van siete,
termina Doctor Who, aunque esta vez en un año importantísimo para la historia
de la serie, y es que, como todos sabéis, cumple 50 años el próximo Noviembre.
La primera mitad de temporadarelató el final del camino de los Pound, y creíamos que sería difícil su
sustitución, pero si en algo ha sabido acertar esta serie, casi desde el inicio
de la nueva versión, es en la elección de los acompañantes, y es que Jenna-Louis
Coleman ha hecho un trabajo excelente, ayudada eso si por el gran misterio que
lleva detrás y que ha hecho que no echemos de menos a Amy.
Sin embargo la segunda parte de
la temporada ha sido más bien anodina, con episodios muy infantiles repitiendo
un patrón noventero que se aleja, bastante, de mis preferencias personales. Hay
mucha polémica entorno a Moffat, ya que la mayoría de fans no están de acuerdo
con el rumbo que está tomando la serie y preferían los derroteros de Russell T.
Davies. Si os soy sincero yo prefiero a Moffat de lejos, por la profundidad que
dota a los personajes y ese halo de misterio que sabe manejar, al menos en los
episodios que él escribe, que son, también de lejos, los mejores. Y sin olvidar
que ha creado a los mejores personajes de la saga hasta el momento.
Spoilers sobre la séptima temporada.
Tener 50 años de ficción a tus
espaldas es un hecho que no se puede obviar, y por ello creo que la utilización
de los antiguos doctores es un guiño, no solo a los espectadores veteranos,
entre los que no me encuentro, sino a la coherencia de la serie en el continuo
tiempo.
Además la resolución de la
historia de River Song, que creo que se quedará aquí, y la de la propia
Clara-dos-veces-muerta, es más que satisfactoria, porque nos brinda un final de
temporada pre-aniversario de lo más potente. Y no hay que negar que aunque
siempre hay puntos más flojos, Moffat es un gran creador de historias, y de
nuevos villanos.
Y no me digáis que no se os ha
quedado la cara de pasta, cuando habéis visto a John Hurt presentándose como el
Doctor, aquel que ha incumplido las normas, el gran secreto del onceavo, un
secreto que seguramente se resolverá en el especial de Noviembre. Porque Moffat
siempre va sembrando semillitas durante su periplo, un periplo que acaba de ser
renovado por una octava temporada, y yo que me alegro.
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