28 de enero de 2010

Castillos en el aire.

Que una serie consiga, tras innumerables batacazos, que el innombrable nº1 se asiente y deje de arruinar a productoras y dejar en paro a compañeros de la profesión es todo un hito, y esto solo lo ha conseguido Castle.


La ABC lanzó un órdago pero los seguidores respondieron favorablemente y pese a las dudas, la producción renovó por una segunda temporada que pese a un comienzo titubeante está marcando datos más que decentes en la noche de los Lunes, tanto es así que la cadena acaba de anunciar que quiere dos episodios más de esta dramedia policiaca lo que hará que a final de temporada se hayan emitido nada más y nada menos que 24.


Yo me alegro, ¡Ya era hora! El que no se puede nombrar puede dormir tranquilo, al menos hasta Mayo que es cuando se decide el futuro de la mayoría de producciones, aunque si te encargan episodios adicionales… Dalo por hecho.


Si queréis que os diga la verdad, nunca me sentí interesado ni lo más mínimo en acercarme a ver otro procedimental sobre asesinatos, más cuando pensaba que la cosa no iba a durar ni dos telediarios, pero claro, los de ABC son muy listos y deciden contratar a la diosa Milano para un capítulo, y yo en esas circunstancias me veo obligado a descargarme el episodio número doce de la segunda temporada, así en frío y sin haber visto previamente ni un minuto de metraje anterior.


Asombrosamente y cuando no estoy secándome la baba al ver a la Milano, me doy cuenta que de forma muy rápida estoy metido en la trama, descubriendo que Castle es un escritor que necesita inspiración para una novela (como Hank Moody pero en light) y que va acompañado por una adorable chica que bebe los vientos por el en secreto y la consabida tensión sexual no resuelta que es siempre el motor de series como esta, porque si el innombrable nº1 tuviese un compañero en vez de una fémina otro gallo cantaría.


A mi que no me esperen más, tampoco quiero tentar a la suerte una vez por semana, pero no está tan mal como podía pensar en un primer momento, se deja ver, y ahí reside su mayor defecto, que no produce una sensación que haga que la odies o que te deje con unas ganas irremediables de ver el siguiente episodio. Y en televisión el término medio no sirve.

1 comentario:

satrian dijo...

Ya comenté que la Milano sale con el único vestido que no quiero verla, con el de novia, Castle se deja ver pero se está estancando mucho con respecto a la primera temporada, pero si no la veo, como que me falta algo, porqué, ni idea, me habrá infectado el innombrable :P