30 de septiembre de 2013

Breaking Bad 5x16:
El adiós silencioso y contenido



Ya está, llegó el final de una serie que ha sido sobrevaloradísima, analizada hasta extremos imaginarios, ensalzada como la mejor de una época y elevada a los olimpos de las mejores series de la historia. Bueno, todo esto no importa, el viaje lo hemos disfrutado más o menos, con sus altos y sus bajos, pero dejadme decir una cosa, ante este final no hay nada que argumentar, un final redondo bajo los preceptos de la serie, silencioso, contenido, poético pero claro, en definitiva, un final que hace justicia al recorrido de la serie, que no mancha su trayectoria, sino que lo ensalza, sin necesidad de grandes artificios.

Spoilers a partir de este punto.



Ha sido un final que muchos imaginábamos, pero no por ello menos especial. A mi sus 55 minutos me han parecido vibrantes, no por su ritmo, sino porque se olía el final, la despedida, y ahí es donde la carga dramática impulsaba todo lo demás.

Quiero comentar algunas pinceladas, porque se hablará largo y tendido sobre el final, algo que me suele aburrir, por lo que prefiero pronunciarme ahora y no eternizarlo con más entradas. Por una parte tenemos a Walt, que por fin confiesa que lo que hizo lo hizo por si mismo, porque por primera vez se sentía necesitado, y creo que esa ha sido la aseveración más sincera de la que ha hecho partícipe a alguien en el transcurso de la serie. Walter ha sido un personaje  ninguneado por la vida, con un trabajo mediocre, un hijo discapacitado, una mujer dispersa y un intelecto que no le dejaba disfrutar de lo bueno que tenía y que le atormentaba sobremanera. Quizá por ello el personaje es tan interesante, y quizá por ello, quizá, se convertirá en un ejemplo de la ficción de los 2000 cuando se analice desde la distancia.



Que iba a morir lo sabíamos todos, que lo iba a hacer matando también, era demasiado orgulloso para abandonar el dinero que había ganado de esa forma tan sucia, aunque el dinero fuera lo último que quería. En el reconocimiento estaba la clave.

Lo que queda claro es que ante la fuerza aplastante del personaje, los demás se han quedado con una parte del pastel tan pequeña que ni siquiera es reseñable, incluso el co-protagonista, Pinkman, que escapa pero que no se enfrenta, porque da por hecho que el final ya ha llegado para su compañero y que el tiene una vida para vivir, la única válvula de escape que nos ha dejado Vince Gilligan.



Poco más que añadir acerca del episodio final, uno redondo y consecuente que pone un broche de oro a la serie de la que todo el mundo habla y a la que todo el mundo ama. Yo he sido muy crítico con ella en ciertos momentos, pero hay que darle al césar lo que es del césar. Yo he disfrutado, y mucho, con el visionado de la serie, con sus trampas y singularidades y con sus fortalezas y amarguras, y lo único que espero es que vosotros también lo hayáis hecho, que para eso está la buena televisión.


24 de septiembre de 2013

La delgada línea de la decencia.



En los años 50 el sexo seguía siendo un tabú, quizá EL TABÚ, y eso es lo que la nueva serie de Showtime viene a ofrecernos. Y su piloto convence, y mucho, algo a lo que Showtime no nos tenía acostumbrados desde hace tiempo, básicamente desde el estreno de Homeland y Shameless tres temporadas atrás.



Volvemos a tener una ficción de época, que sabemos que suele funcionar, y en ella añadimos un toque picante, pero que realmente solo sirve de premisa, porque por mucha investigación para descubrir las reacciones del cuerpo humano al practicar sexo, Masters of Sex narra el conflicto entre sus personajes, su ansias para conseguir sus objetivos, sus luces y sus sombras. Y eso es solo lo que se vislumbra en el piloto.

Su duración excesiva (61 minutos) ni aburre ni agota, es más, te deja con ganas de más, algo que cada día es más difícil en los pilotos de TV, generando además un conflicto para que los nuevos episodios enganchen en una relación doctor-asistente que seguro dará mucho que hablar.



Masters of Sex es quizá el mejor piloto que he visto este año, pero quién sabe si la nueva temporada nos sorprenderá con un gran hit que deje eclipsados a los demás, permitidme que lo dude.
Si te gustan las series adultas, sin giros de tuerca imposibles, pero argumentos sólidos, esta es tu serie. Al menos en el piloto.

2 de septiembre de 2013

Grandes fracasos de los 2000 (IV)
(FOX y CW)



Fracasos, fracasos y más fracasos en la última entrega de este especial en el que ya han sido analizados los batacazos de NBC y UPN, CBS y TheWB y ABC.

Y claro, para los postres tenía que quedarse FOX. Hoy descubriremos si es tan fiero el león como lo pintan o si la idea concebida de que la emisora cancelaba sus series a primeras de cambio estaba completamente justificada.

FOX



Fastlane (2002-2003) tenía a actores conocidos, grandes estrellas invitadas, carreras de coches, y un presupuesto que superaba los 2,5 millones de dólares por episodio, cifra bastante abultada para la época. No obstante, su bajada de espectadores y su traslado a la noche del viernes la hicieron completamente inviable, mandando a Tiffani Thiessen a varios años de letargo laboral.

Firefly (2002-2003) fue aquella serie de culto a la que todo le salió mal. FOX presionó a un Joss Whedon que estaba dando miles de alegrías a TheWB para realizar el proyecto dentro de sus estándares, cosa que enfureció al creador, que tuvo que ver como su serie se emitía sin casi promoción, con el orden de sus episodios alterados y terminando con una audiencia de 4,5 millones en su último episodio emitido, el número 11. Los críticos y fans que aplaudieron la serie intentaron que UPN, experta en Sci Fi por aquella época, la repescara, pero el mito quedó ahí para siempre, aunque años después se cerraran las tramas con una película. Digo yo que tener como protagonista al innombrable nº1 también ayudó a su fracaso ¿No?



John Doe (2002-2003) Solo 21 episodios aguantó un pre-Prison Break Dominic Purcell en parrilla sin saber quien era o porque había llegado a donde estaba en una serie con un premisa muy similar a Kyle XY que no pudo cuajar en la oferta de la FOX durante 2003. Los seguidores de la producción se quedaron helados cuando, al no ser renovada, se quedaron sin saber cual era la verdadera identidad del misterioso protagonista.

Tru Calling (2003-2005) era el estreno como protagonista de Eliza Dushku después de terminar Buffy estando acompañada de Jason Priestly en una serie adolescente donde a ella se le aparecían los muertos en el tanatorio donde trabajaba para, más tarde, dar marcha atrás en el tiempo e intentar salvar sus almas. FOX la estrenó tras The O.C y en competencia directa con la última temporada de Friends. Sus audiencias fueron bastante flojas y estuvo en la cuerda floja durante mucho tiempo hasta ser renovada por 13 episodios, orden que fue rebajada a 6 poco después. Con el paso del tiempo FOX decidió que la cancelaba tras esos episodios y que nunca emitiría esa segunda temporada. Tras ver como su parrilla no era lo competitiva que quisiera se decidió a darles salida un año después, aunque solo llegó a emitir 5 episodios, dejando la season finale en el limbo hasta que se emitió en sindicación 3 años después.



Wonderfalls (2004) narraba en clave de humor la vida de una licenciada en filosofía que tiene que vivir trabajando en una tienda de souvenirs para sobrevivir. A pesar de tener a Bryan Fuller como creador y productor ejecutivo, la serie sólo duró 13 episodios, los justos para narrar una historia coherente con principio y final, pero que supo a poco. Y es que esta mezcla de comedia y fantasía que tan bien se le da a Fuller, tampoco fue capaz de retener a la audiencia.

North Shore (2004-2005) Tras el éxito de The O.C, FOX pensó en volver a estrenar otra soap en periodo estival y continuar con su emisión en temporada alta. Esta serie protagonizada por Kristoffer Polaha no tuvo el mismo efecto que su predecesora y fue dilapidada por la crítica. En un esfuerzo por reflotar sus resultados, la cadena fichó a Shannen Doherty, si, la diva, ELLA. No surtió efecto, y su carrera cayó en picado desde entonces, totalmente injustificado.



Reunion (2005) tenía una premisa de lo más sugerente, y es que se narraban los últimos 20 años de un grupo de 6 amigos tras resultar asesinado uno de estos en el 20 aniversario de su graduación. A la crítica le gustó, pero tan solo duró 9 episodios tras decepcionar a la FOX y no conseguir retener la audiencia su importante lead-in, que fue otra vez The O.C. Tanto fue así que su último episodio emitido marcó 3,5 millones de seguidores, una cifra paupérrima para la época.

Stacked (2005-2006) era el vehiculo para mayor gloria de Pamela Anderson. Ella interpretaba a una chica tonta que termina trabajando en una pequeña librería donde todos era infinitamente más listos que ella. Por difícil que parezca, fue renovada tras los buenos datos de su corta temporada de 5 episodios, pero su segundo año empezó con muchos problemas, bajada en los ratings y 5 de sus últimos episodios que ni siquiera llegaron a emitirse.



Drive (2007) fue el juguete que Tim Minear le regaló a su amigo el innombrable nº1 como protagonista de otra de sus series que se fue al garete, aunque esta más rápida y más dolorosa. Drive iba a estar protagonizada por Ivan Sergei pero algo pasó tras su piloto y fue despedido. Aun así, la serie sólo resistió 4 episodios en parrilla y, por ello, no fue vendida fuera del circuito americano. El mayor batacazo de FOX de la época.

The Return of Jezebel James (2008) Amy Sherman-Palladino acababa de terminar su gran éxito Gilmore Girls, una serie amada por la crítica y con audiencias que fueron aumentando con el paso de los años, conscientes de esto, FOX le pidió la creación de una comedia, territorio donde tenían serias dificultades, sobre la relación de dos hermanas, es decir, la relación entre dos mujeres, algo que Amy sabe hacer y muy bien. Lo que todo el mundo esperaba era que la serie no funcionara, quizá lo que nadie esperaba fue que ni tan siquiera le gustara a la crítica o a los seguidores de la showrunner. No dio tiempo tampoco, 3 episodios y a la calle.



Terminator: The Sarah Connor Chronicles (2008-2009) No se puede hablar de fracaso absoluto, ya que se emitieron 31 episodios, pero vivió una renovación milagrosa tras su primera y corta temporada cuando FOX, a sabiendas de su fama, intentó lavar su imagen y asentar la serie. Cosa difícil cuando envías tu producto a la noche de los viernes. Ni Sarah Connor puede con eso.

Dollhouse (2009-2010) Suponía la vuelta de Joss Whedon, mucho más maduro y con una cadena que nada tenía que ver ya con la que canceló Firefly. Pero los problemas comenzaron pronto con un piloto que tuvo que rehacerse, luego con una política de duración de 47 minutos por episodio y claro, su estreno en viernes, el Black Friday, donde cualquier posibilidad de triunfar es nula. Tras 13 episodios se renovó por una 2ª temporada impensable que nadie apostó como realidad, y que se dilapidó en episodios dobles, con un capitulo nunca emitido y evitando en todo momento los sweeps de audiencia. Eliza/FOX: 0-2   Wheddon/FOX: 0-2.


CW



Los directivos de TheWB y UPN creyeron que al fusionar sus dos emisoras en CW su público crecería exponencialmente y reuniría al menos, a las audiencias acumuladas de sus dos networks siendo entonces una quinta opción potente que pudiera hacer frente a FOX. Nada más lejos de la realidad.

Y Runaway (2006-2007) fue directamente su primer batacazo contra el suelo y sin dientes. Narraba la vida de una familia que se muda a Iowa por problemas con la ley y tan solo duró 3 episodios, hasta el momento de llegar a 1,8 millones de espectadores, todo un descalabro para una cadena que aspiraba a la gloria y que vio como su primera gran apuesta no llegaba al mes de emisión.



Reaper (2008-2009) era un intento de volver a las series que triunfaron en la época de TheWB, producto adolescente con un esquema claro y conciso en el que un joven de 21 ve como sus padres vendieron su alma al diablo y este ahora deberá hacer todos sus trabajos sucios. Aunque la premisa fuera original su primera temporada de 18 episodios pasó con más pena que gloria y estuvo a punto de ser cancelada, aunque CW la salvó in extremis para tan solo 13 capítulos más

Melrose Place (2009-2010) quería heredar los datos de 90210 pero este remake no surtió efecto entre el público, sus ratings fueron bajos aunque no desastrosos y la crítica la trató moderadamente, aunque destrozó la actuación de Ashlee Simpson, que fue despedida tras el décimo episodio y aplaudió la incorporación de Amanda Woodward, o lo que es lo mismo Heather Locklear, que no pudo remontar los datos de la producción. Tras 18 capítulos y con un final semiabierto la serie dijo adiós para siempre.

La década de los 2000 fue convulsa para una FOX con poca paciencia que quería igualar en datos a las tres grandes, pero que sólo lo conseguía con producciones muy puntuales y con una CW que nacía con ansias de arrasar y juntar a los espectadores de sus respectivas emisoras pero que se pegó un batacazo del que todavía no se ha recuperado.